Cabeza de ratón versus cola de león

Desde pequeño he tenido claro que no quiero ser cabeza de ratón. Entre otras cosas por que delante de los bigotes no hay nada. Siendo cola de león siempre se puede ir para adelante e incluso llegar a ser su cabeza. No pretendo tanto. Después de ver la entrevista de mis compañeros y de verlos entrenar se que cuento con dos potentes garras (José Carlos) y unas mandíbulas con dientes muy afilados y con una fuerza terrible (Julio). Pero para poder dar el zarpazo y matar a la víctima de una dentellada hace falta unos buenos cuartos traseros donde apoyarse. Espero ser ese apoyo con el que cuenten mis compañeros. Para ello entreno a tope. ¿Solo? No... aquí tengo amigos y mi amiga la mochila que siempre está ahí detrás. Para poder ser potente, y debido a la suerte de vivir junto al mar, entreno en la playa. También visito el faro de Santa Pola, pero no como lo haría todo el mundo por la carretera, no señor, por el medio del campo. Llegar arriba y contemplar la isla de Tabarca es la recompensa. El domingo día 14 de febrero celebré el día de los enamorados con mi enamorada, la maratón, que ya no se si es masculino o femenino pero que como buena enamorada hay veces que la odio. Estuve en Sevilla. Mi objetivo era terminar en el mismo tiempo aproximado de la maratón del Mediterrani pero con la condición de que las piernas no quedaran tocadas. ¡Objetivo cumplido! La semana pasada los entrenos no decayeron, lunes descanso y el martes, mochila en ristre, por los cerretes de

Santa Pola. El domingo mis amigos del Apol - Ana entrenaron el largo dominguero pero como estaba reciente el maratón lo hicieron con relajación por lo tanto a mi me vino de perlas ya que así no me canse mucho y conseguí hacer otras dos horas.
Las semanas pasarán pero el día 7 de marzo hay una nueva cita en Barcelona, un nuevo maratón que cada año me gusta más.
Será la última prueba para demostrar que entre las garras, las mandíbulas y los cuartos traseros de apoyo formaremos un gran equipo.
Pp